Aplicar este principio significa tener en cuenta la necesidad de desarrollo global, integral y equilibrado (aspectos cognitivos, psicomotores y afectivos), y compatibilizarla con el modo global y sincrético (percepción en bloque) en que en esta etapa se percibe la realidad. Por tanto, un modo de enseñar en consonancia con el modo de aprender de los niños y niñas.